Ciclo Menstrual Consciente
Conocer nuestro ciclo menstrual, sus cuatro fases, los elementos que intervienen en cada una de ellas y sus respectivos arquetipos, pueden ayudarnos a entender mejor lo que nos pasa y actuar en consecuencia. De eso se trata la menstruación consciente, de saber identificar los indicadores físicos, emocionales y conductuales que se nos presentan para poder aceptarlos y gestionarlos.
Hoy en día, existen muchas mujeres que siguen en el desconocimiento de sus ciclos, de sus cuerpos; sin poder entender por qué piensan, sienten y actúan de forma diferente. Viviendo sus ciclos de una manera negativa, odiando su naturaleza y, por ende, a sí mismas. Por eso, en muchas ocasiones, no queremos llamar a la menstruación por su nombre, identificándola como “mi prima”, “la roja”, “esos días”, entre otros tantos.
Cada mujer puede tener un ciclo diferente, algunos pueden durar 21 días, otros 40… Algunas tienen ciclos regulares, otras irregulares y no tienen por qué tener ninguna patología.
Dentro de cada ciclo menstrual existen cuatro fases: menstrual, preovulatoria, ovulatoria y premenstrual. Lo importante del ciclo es la ovulación, pero lo único que es externo y vemos es el sangrado de la menstruación.
En la fase menstrual, se expulsa todo el endometrio generado durante el ciclo anterior y van madurando unos cuantos folículos dentro del ovario. Esta maduración se produce entre el primer día (primer día de sangrado) hasta la fase ovulatoria. El día de la ovulación uno de los folículos maduros revienta y expulsa el óvulo de su interior, bajando por las trompas hasta llegar al útero. Si no es fecundado se va convirtiendo en un cuerpo lúteo en la fase premenstrual. El cuerpo lúteo se expulsará del cuerpo acompañado del endometrio durante la menstruación siguiente.
El ciclo va acompañado de cuatro hormonas, pero las que más nos condicionan a nivel anímico y emocional, son el estradiol (estrógenos) y la progesterona. Los estrógenos actúan durante la ovulación y la progesterona después de esta. El estradiol nos hace sentir más activas, atractivas y sociales; y la progesterona nos hace sentir más sensibles, con cambios de humor y más introvertidas. Por eso la fase premenstrual es tan odiada, por ser menos productiva socialmente sin saber que es la fase más empoderadora que tenemos, ya que es la más productiva para nosotras mismas, para saber soltar y transformar lo que no queremos en nuestra vida.
Cada fase del ciclo tiene unos arquetipos diferentes. Los arquetipos son diferentes partes de nuestro ser. La palabra “arquetipo” viene del griego arché que quiere decir “fuente” o “principio” y tipos, que significa “modelo” o “patrón”. Los cuatro arquetipos básicos femeninos están conectados con las cuatro fases de la luna, con las cuatro estaciones del año, con los cuatro elementos y las cuatro direcciones.
Es decir, la fase menstrual se corresponde con la luna nueva, el invierno y el arquetipo de la anciana. La fase preovulatoria se relaciona con la luna creciente, la primavera y el arquetipo de la niña. La fase ovulatoria se corresponde con la luna llena, el verano y el arquetipo de la madre. Y la fase premenstrual se relaciona con la luna menguante, el otoño y el arquetipo de la chamana.
Conectar con estos cuatro arquetipos femeninos tiene el potencial de conectarnos y unirnos con el gran ciclo de la creación: nacimiento, crecimiento, maduración, muerte y renacimiento, dando más sentido y propósito a nuestra vida.
En el taller que desarrollo de “ciclo menstrual consciente” analizamos todos estos cambios físicos, emocionales y conductuales que suceden en el ciclo, los diferentes arquetipos de cada fase y herramientas para llegar a conocer, aceptar y vivirte de una forma sana y placentera. Porque la menstruación no tiene porque doler si se vive de una manera positiva y consciente.
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